Desde el Instituto de Libertad y Acción para el Desarrollo (ILAD), saludamos la decisión de la Cuarta Sala Penal de Apelaciones, que el lunes 28 de octubre resolvió sentenciando por delitos de terrorismo y tráfico ilícito de drogas a Elena Iparraguirre (Viuda del genocida terrorista: Abimael Guzmán Reynoso) y a la cúpula de Sendero Luminoso, en el caso Perseo.
Asimismo resolvió disponiendo la disolución del MOVADEF, tras considerarlo un organismo de fachada para promover los objetivos de Sendero Luminoso, ser su brazo político, y usarlo como organización para influir en la vida política del país y continuar su agenda terrorista.
La Cuarta Sala Penal de Apelaciones, consideró que las pruebas presentadas, incluyendo los testimonios y testigos protegidos, demostraron que el Movadef tenía una estructura con roles y objetivos específicos, habiendo tenido financiamiento del narcotráfico y de la comisión del delito de extorsión, por ello esta sentencia significó una victoria patriota contra Sendero Luminoso y su organismo de fachada: el Movimiento por la Amnistía y Derechos Fundamentales (MOVADEF).
Entre los involucrados además de Elena Iparraguirre, están Alfredo Crespo, abogado y miembro fundador del MOVADEF y Florindo Flores Hala, quien financió al MOVADEF con fondos del narcotráfico. De los cuarenta y tres (43) acusados por el caso Perseo, veintitrés (23) fueron condenados por terrorismo, mientras que ocho (8) fueron absueltos.
Por otro lado, desde el Instituto de Libertad y Acción para el Desarrollo (ILAD), rechazamos con firmeza patriota el pronunciamiento que sobre el caso Perseo ha emitido la Federación Universitaria de San Marcos (FUSM), que señala que este es un caso de persecución política del Estado peruano, que pretende acallar al Movadef como “organización política”, criminalizando sus ideas o su filiación política, vulnerado sus derechos fundamentales de libertad de pensamiento y libertad de asociación.
Esta falsa narrativa busca crear una corriente de opinión victimista que se refugia en la ignorancia y en la ideologización política de quienes usando las aulas universitarias sanmarquinas, pretenden arrogarse la representación estudiantil que no ostentan y que solo responde a una reducida cúpula proterrorista que habiéndose infiltrado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pretenden corroerla y destruirla por dentro, contaminando el espíritu académico y formativo que caracterizó a San Marcos históricamente y que forjó desde sus aulas sanmarquinas a ilustres patriotas que contribuyeron al desarrollo del Perú.
Aprendamos de nuestra historia para no volver a cometer los mismos errores, no bajemos la guardia en la guerra patriota contra el terrorismo y el narcotráfico, que los maestros escolares y los profesores universitarios asuman su rol constitucional de educar y formar con valores cívicos a los niños, adolescentes y jóvenes, con respecto a lo que significó el terrorismo genocida de Sendero Luminoso y el MRTA, contra la vida de miles de compatriotas peruanos, sin mencionar los cuantiosos daños materiales y pérdidas económicas que causaron dichos actos terroristas al Perú.
Los padres peruanos también debemos asumir de manera más firme este compromiso ciudadano para luchar contra el terrorismo, el narcotráfico y la criminalidad organizada, que desde nuestros hogares, formemos a nuestros hijos y los instruyamos sobre lo que significó el terrorismo en nuestra patria. Del compromiso que cada uno de nosotros asumamos, dependerá que la nefasta historia del terrorismo en el Perú, no se vuelva a repetir.